La bandera de Cantabria queda establecida en el propio texto del Estatuto de Autonomía. Está formada por dos franjas horizontales de igual anchura, siendo blanca la superior y roja la inferior, con el escudo de la comunidad situado en su centro geométrico.

El escudo se definió en la Ley de la Asamblea Regional aprobada el 22 de diciembre de 1984.

Cuando, por Real Orden de 30 de julio de 1845, se asignaron las banderas que corresponderían a las diferentes matrículas de las provincias marítimas de España, todas ellas recibieron como contraseña diseños aleatorios​ en los colores azul, rojo, amarillo y blanco. Algunos autores defienden que no fue así para la provincia marítima de Santander, a la que se respetó su bandera blanca y roja.​ Según las tesis de los historiadores que apoyaron la asunción de la enseña blanquirroja de la provincia marítima de Santander por la comunidad autónoma de Cantabria, su contraseña es la única en España anterior a la Real Orden de 30 de julio de 1845 que respetó su bandera blanca y roja empleada al menos desde el siglo XVIII por barcos y tropas cántabras. Sin embargo, no existe unanimidad al respecto ya que las evidencias aportadas sobre su uso antes de la Real Orden han sido refutadas por diversos autores con posterioridad.

En cualquier caso, la bandera fue ampliamente asumida como emblema en la región, hasta el punto que la propia ciudad de Santander, que poseía bandera propia blanca y azul, llegó a sustituirla por la de la matrícula marítima hasta que en la segunda década del siglo XX un informe de Fresnedo de la Calzada propicia un deslinde de los campos, pasándose a usar la blanquiazul para la capital y la blanca y roja por la entonces diputación provincial;siendo posteriormente asumida por la comunidad autónoma cántabra.

En el año 2016, atendiendo a las reivindicaciones de diversos colectivos tanto sociales como políticos, se reconoció oficialmente como símbolo representativo e identitario del pueblo cántabro una segunda bandera que había sido desestimada en el proceso autonómico, el lábaro cántabro.

El historiador José Luis Casado Soto defendía que desde el siglo XVIII los barcos cántabros ondeaban la bandera blanquirroja, tal y como queda reflejado en el título de ciudad a Santander en 1755. Asimismo, el pendón aparece representado en un cuadro del pintor santanderino José Vallespín, sobre la famosa batalla de Vargas que tuvo lugar el 3 de noviembre de 1833 durante la Primera Guerra Carlista.

Ese día tropas realistas venidas de Santander lograron detener el avance del bando carlista, perdiendo éstas la oportunidad de hacerse fuerte en el norte peninsular y posiblemente variar sustancialmente el rumbo de la historia del país.

En el lienzo se observa cómo un grupo de soldados isabelinos de las milicias urbanas de la ciudad atacan a las fuerzas del pretendiente al trono de España portando gallardetes blanquirrojos, lo que hace suponer que para entonces la actual bandera de Cantabria ya había trascendido de su ámbito marítimo originario.

Existe otro testimonio del uso del estandarte en un cuadro que representa una barricada en Cuatro Caminos durante la Revolución de 1868, en el que el pueblo alzado en armas contra la reina Isabel II hace frente tras la bandera blanca y roja al avance de las tropas del general Calonge venidas de Valladolid. Este cuadro, obra del pintor E. Aparicio, y dedicado al militar revolucionario Salvador Damato, pertenece a la colección de la familia García-Oliva, de Santander.

Otras fuentes señalan que el cuadro de José Vallespín sobre la batalla de Vargas, que sería la primera prueba de la utilización de la bandera blanquirroja fuera de su ámbito marítimo original, no es clarificador, dado que presenta errores graves en la representación de los atuendos y enseñas militares de ambos contendientes. El autor reproduciría la vestimenta contemporánea a la época posterior en que pinta el lienzo, la cual no se correspondería con la fecha del enfrentamiento. Asimismo, se señala que tampoco serviría para acreditar la utilización de la bandera rojiblanca, ya que este adorno era muy corriente entre los cuerpos de lanceros, o de otras unidades montadas que eventualmente podían utilizar lanzas en combate, al menos desde las guerras napoleónicas.

La bandera viene definida en el Estatuto de autonomía, aprobado por Ley Orgánica 8/1981, de 30 de diciembre (BOE nº 9, de 11 de enero de 1982), reformada por Ley Orgánica 7/1991, de 13 de marzo (BOE nº 63, de 14 de marzo. Corrección de errores en BOE nº 65, de 16 de marzo), Ley Orgánica 2/1994, de 24 de marzo (BOE nº 72, de 25 de marzo. Corrección de errores en BOE nº 90, de 15 de abril) y por Ley Orgánica 11/1998, de 30 de diciembre (BOE nº 313, de 31 de diciembre). Estatuto de Autonomía para Cantabria, que establece, en su artículo 3º, que la bandera propia de Cantabria es la formada por dos franjas horizontales de igual anchura, blanca la superior y roja la inferior.

Cantabria podrá establecer su escudo (…) por Ley del Parlamento.

El escudo de Cantabria, una vez aprobado por el Parlamento, podrá incorporarse a la bandera.

Por su parte, la ley 9/1984, de 22 de diciembre (BOC nº 5, de 9 de enero de 1985). regula específicamente la Bandera de Cantabria.

Artículo 1º. La bandera de Cantabria, de acuerdo con el Estatuto de Autonomía, es la formada por dos franjas horizontales de igual anchura, blanca la superior y roja la inferior.

Artículo 2º. Sin perjuicio de la prelación que sobre ella tiene la bandera de España, la de la región debe ondear en el exterior y ocupar lugar preferente, junto a aquélla, en el interior de todos los edificios públicos civiles del ámbito territorial de la Comunidad Autónoma, de conformidad con lo establecido en los artículos 3º.1 y 4º de la Ley 39/1981, de 28 de octubre.

Y la ley 4/1987, de 27 de marzo (BOC nº 68, de 6 de abril), regula el uso conjunto de la bandera y escudo de la Comunidad Autónoma de Cantabria.

Artículo 1º. La bandera de Cantabria podrá llevar incorporado el escudo de la Comunidad Autónoma. Dicha incorporación se efectuará situándolo en el centro geométrico de la misma.

Artículo 2º. El uso conjunto de la bandera y el escudo de la Comunidad Autónoma de Cantabria será obligatorio en los casos y condiciones fijados en la Ley de la Bandera de la Comunidad Autónoma.

 

El Lábaro

El lábaro cántabro, o simplemente lábaro​ o lábaru,​ es el nombre que recibe la interpretación moderna de un antiguo estandarte militar conocido por los romanos como cantabrum. En la actualidad, es representado habitualmente como una bandera de color rojo granate que en su centro lleva un círculo rodeado de cuatro crecientes lunares con las puntas terminadas en círculos, que reproducen las que se encuentran en algunas de las estelas halladas en Cantabria. Su recreación fue obra de Luis Ángel Montes de Neira, fundador de la asociación Cantabria Unida, a finales de la década de los 70.

En las últimas décadas su uso se ha popularizado dentro de la Comunidad Autónoma de Cantabria siendo en la actualidad muy visible especialmente en eventos deportivos y fiestas regionales. En el año 2016 el Parlamento de Cantabria aprobó una proposición no de ley presentada por la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), reconociendo la bandera del lábaro como “símbolo identitario del pueblo cántabro”, aunque sin sustituir a la bandera oficial de Cantabria. Esta decisión no estuvo exenta de controversia en su momento y recientemente un partido político ha exigido su retirada de todos los edificios públicos en que estuviera presente.

 

Para Eduardo Peralta, arqueólogo e historiador santanderino, en una entrevista publicada en el diario.es, con el lábaro hay una confusión completa, empezando por el nombre. El estandarte que utilizaban los guerreros cántabros no se llamaba lábaro, en los textos lo llaman cantabrum. Sabemos que era un estandarte de tela, que se asemejaba bastante a los vexillum, pero no sabemos cómo eran, qué color tenían ni qué se diferenciaban de ellos.

El lábaro era otro estandarte, también de tela, que adoptó el emperador Constantino cundo se hizo cristiano, pero es un estandarte diferente.

El emblema de las medias lunas que aparece en las estelas es un signo astral, es funerario y también aparece en representaciones similares en los escudos celtíberos y de otros pueblos, pero nada nos garantiza que ese emblema estuviera en los estandartes. Además, la gente cree que era un estandarte de los cántabros o de Cantabria y no, era un estandarte de guerra, que se utilizaba para mantener unidas a las unidades o para dar las órdenes. Era una señal militar, no nacional.

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